El día 19 de Octubre se celebró el día del cáncer de mama.
Sólo un día, me parece bastante fuerte. Sólo se puede estar un día con cáncer de mamá.
Hay algo más que un día, son 365 días al año con sus 24 horas.
Por suerte no he tenido cáncer de mama, no sé lo que se sufre, pues no lo he vivido en mi propia piel. ¿Podrá ser una enfermedad tanto o más grave que otra?
Un día no me va a decir a mi lo que es el cáncer de mama y más aún en una sociedad en la que vivimos que todos son lacitos, lacitos del cáncer, lacitos del sarcoma, ....., algunos lo defenderan, otros lo enseñaran como un pequeño triunfo de haberlo en ganado en carne propia, y otros lamentablemente lo enseñaran como si se tratase de un cromo más, sin darle más importancia.
A muchos les diría que un lacito no ayuda, no acompaña, no calma a alguien que está mal, no no hace nada. Algunos al leer este artículo, se podrán enfadados, se preguntarán porqué escribo así, quizá insensiblemente.
Pues no, señores. No he tenido cáncer de mama, pero mi madre sí.
Lo he visto, lo he vivido.
He acompañado a mi madre a sus sesiones de quimio, de radio y de anticuerpos.
He empujado su silla y la he llevado a una sala, donde hay gente maravillosa que los miman. Me refiero al personal médico, enfermeras, médicos, auxiliares, que cuidan y miman ya no sólo a la gente con cáncer de mama, a los del cáncer de piel, cáncer de pulmón,... a muchos.
Son momentos, días, meses difíciles, donde en más de una ocasión tiran la toalla, no quieren seguir luchando, porque les duele, están cansados, sufre, los tratamientos son muy duros, se sientan sin fuerzas, sienten que no pueden hacer nada, que que su familia está con ellos, se sienten como una carga. Llega un momento que no odian el cáncer, odian su cuerpo por no haber sido tan fuerte para pelear contra ese maldito cáncer.Se te rompe el corazón cuando ves a tú madre, como el va cayendo el pelo, adelgazando por que no le gusta lo que come, porque no le sabe, su boca sabe a productos químicos y nada lo satisface.
Como en al primera recaída, ingresa y es recluida en una habitación de aislamiento, si la quieres ver tienes que ponerte guantes, mascarilla y bata, no por ti, sino por ella, porque puedes llevarle algo de infección, algo que no puede coger porque sus defensas están muy bajas.
La ves triste pero aún así sonríe con esfuerzo porque se alegra de verte.
El cáncer es eso, una enfermedad que no saber por donde va ni por donde viene.
El lacito, podrá se un símbolo, pero la realidad es el lazo que hay cuando una madre o un padre es apoyado en su lucha por un lazo bien fuerte, que son sus hijos, sus padres, hermanos, amigos... y todos los ayudan a salir de esa enfermedad.
Que están ahí cuando se les necesita.
Que cuando vayan a las sesiones, sienta una mano, una sonrisa de apoyo.
Que los acompañen a sus sesiones, a sus revisiones.
Que sepan que estamos ahí, pase lo que pase.
Que estén tranquilos, que si desfallecen, nosotros estamos ahí para apoyarlos, para levantarles el ánimo y hacerlos sonreir, porque una sonrisa, vale más que mil palabras.
Además porque es un lazo rosa, el cáncer de mama no es sólo de mujeres, también los hombres lo pasan, o caso no tiene pecho igual que las mujeres. De ellos tampoco no nos debemos olvidar.
Así que para aquellos que simplemente un lazo es un lazo. Para otros ese lazo representa una gran lucha, con graves consecuencias. No nos debemos tomar a la ligera ese símbolo, debemos ayudar y apoyar a quien representa ese símbolo. Hoy son ellos, mañana puedes ser tú.
Comentarios
Publicar un comentario